Acabas de colgar el teléfono. ¡Te han seleccionado! Después de enviar currículums, pasar entrevistas y morderte las uñas esperando una respuesta, por fin llega el momento: vas a firmar tu primer contrato de trabajo.
La adrenalina está a tope, pero entonces te llega el documento. Páginas llenas de términos legales, cláusulas y referencias a artículos que suenan a chino mandarín. ¿Te entra el pánico? Tranquilidad. Es normal sentir que estás firmando tu alma, pero hoy vamos a descodificar esa «letra pequeña» para que firmes con la seguridad de un CEO.
Si acaban de contratarte, este es tu manual de supervivencia para entender qué estás pactando y cuáles son tus derechos (sí, tienes muchos).
¿Qué es realmente lo que estás firmando?
Olvídate de la burocracia por un segundo. Un contrato de trabajo no es más que un acuerdo voluntario entre tú y la empresa. Es un «match» profesional.
Tú ofreces tu talento, tu tiempo y tu energía (lo que se llama prestación de servicios) y la empresa, a cambio, te ofrece una retribución (salario) y unas condiciones. Lo importante aquí es la palabra equilibrio. El contrato sirve para proteger a ambas partes, no solo a la empresa.
💡 Dato Pro: Todo contrato debe formalizarse por escrito (salvo contadas excepciones muy puntuales). Si no hay papel (o PDF firmado digitalmente), estás en una situación irregular que suele jugar a tu favor legalmente, pero que debes evitar para tener las cosas claras.
El Menú del Día: Modalidades de Contratos que Debes Conocer
El mercado laboral ha cambiado (¡y mucho!) tras las últimas reformas laborales. Ya no existe esa sopa de letras infinita de contratos temporales sin sentido. Ahora, el sistema es más directo. Aquí tienes los que más te vas a encontrar al salir de la universidad:
1. El Rey de la Pista: El Contrato Indefinido
Es el objetivo, el estándar. Significa que entras a formar parte de la plantilla sin fecha de caducidad.
- ¿Por qué te interesa? Estabilidad. Te permite planificar tu vida, alquilar un piso o pedir un préstamo con mejores condiciones.
- ¿Y el «fijo-discontinuo»? Es una variante del indefinido para trabajos de temporada (como el turismo o campañas escolares). Eres indefinido, pero trabajas (y cobras) solo los meses de actividad.
2. Los Contratos Formativos: Tu Puerta de Entrada
Como universitario, estos son tus grandes aliados. Están diseñados para que aprendas haciendo.
- Contrato de Formación en Alternancia: Ideal si aún estás estudiando. Combinas trabajo retribuido con formación académica. ¡Ojo! El tiempo de trabajo no puede superar el 65% el primer año.
- Contrato para la Obtención de la Práctica Profesional: Este es para ti si ya tienes tu título (y no han pasado más de 3 años, o 5 con discapacidad). Sirve para que tengas tu primera experiencia real en lo que has estudiado.
- Duración: Mínimo 6 meses, máximo 1 año.
- Sueldo: Nunca por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en proporción a tu jornada.
3. El Contrato de Duración Determinada (Temporal)
Ahora están muy limitados. Solo te pueden hacer un contrato temporal por dos razones muy claras:
- Circunstancias de la producción: Un pico de trabajo imprevisto (ej. campaña de Navidad).
- Sustitución: Cubrir a alguien que está de baja o de permiso (ej. maternidad/paternidad).
Checklist de Seguridad: Antes de poner tu firma
No saques el bolígrafo todavía. Antes de firmar, asegúrate de localizar estos puntos en el documento:
- Tu Categoría Profesional: Asegúrate de que te contratan por lo que vas a hacer. Si eres ingeniero, no deberían contratarte como auxiliar administrativo. Esto afecta a tu sueldo según el convenio.
- El Periodo de Prueba: Es un tiempo (suele ser de 1 a 6 meses según tu titulación) donde cualquiera de las dos partes puede romper el contrato sin indemnización. Conócelo para no llevarte sustos.
- La Jornada: ¿Es completa o parcial? ¿Están las horas bien especificadas?
- El Convenio Colectivo: Busca esta frase en el contrato: «Se regirá por el Convenio de…». Ese libro es tu biblia de derechos, salarios mínimos del sector y días libres.
Conclusión: El Conocimiento es Poder
Tu primer contrato no es solo un trámite; es el inicio de tu carrera profesional y de tu vida adulta independiente. Entender lo que firmas te da poder de negociación y, sobre todo, tranquilidad mental. No tengas miedo a preguntar a RRHH si no entiendes una cláusula. Un buen profesional pregunta; un mal profesional asume.
Si quieres profundizar y ver los modelos oficiales con tus propios ojos para ir familiarizándote con el formato, el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) los tiene todos públicos.
🚀 ¿Listo para dar el paso?
No te quedes con la duda. Si tienes un contrato delante y algo «te huele raro», o simplemente quieres ver cómo es el modelo oficial de prácticas para proponérselo a una empresa, visita la sección de modelos de contratos del SEPE o pásate por nuestra Unidad de Orientación Profesional y Empendimiento. ¡Estamos aquí para que tu firma sea el comienzo de un gran éxito!